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El Ayuntamiento de Barcelona aprueba un nuevo modelo para el Zoo
La Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios (AIZA) celebra la reciente aprobación unánime en el Ayuntamiento de Barcelona, del Plan Estratégico del Zoo que representa un modelo vanguardista de institución zoológica y potencia la conservación, la educación e investigación, en sintonía con las organizaciones de conservación de la biodiversidad más prestigiosas del mundo.
Sin embargo, a juicio de AIZA, la aprobación de la ordenanza municipal de protección, tenencia y venta de animales aprobada en el mismo Pleno, adolece de cuestiones esenciales en cuanto a la conservación de la biodiversidad y que si bien incorpora algunas de las modificaciones aportadas durante la fase de alegaciones, mantiene ciertos aspectos sustancialmente mejorables.
El nuevo texto de la ordenanza aprobada incluye la referencia a la ley de Zoos como marco fundamental y que deviene de la Directiva Europea de Zoológicos, una de las normas más avanzadas, concebida específicamente para optimizar los impactos beneficiosos de este tipo de organizaciones en la conservación de la biodiversidad.
Otro de los aspectos cuestionables es la referencia a la llamada ‘conservación compasiva’, una corriente marginal sin avales científicos que, aunque en su definición la ordenanza ha tratado de integrarla en la biología de la conservación, no ha demostrado su efectividad en la protección de la biodiversidad. Lo mismo ocurre con la limitación de la cría a especímenes estrictamente dirigidos a proyectos de conservación con actividades de reintroducción. Según los expertos de AIZA, la condena a ciertos animales a no reproducirse de por vida es negativa y tiene un graves consecuencias en su bienestar, contradiciendo así los objetivos de la propia de la ordenanza.
Por otra parte, existen en la actualidad muchas especies mantenidas en zoológicos que no cuentan con programas de reintroducción a corto o medio plazo, porque siguen existiendo los problemas que causaron la reducido de sus poblaciones naturales (furtivismo, destrucción de hábitat, contaminación, etc.). Por ello, fomentar la reintroducción de estos animales en la naturaleza, sin las garantías de hábitat y alimento les condenaría a una muerte segura por hambre, a manos de cazadores furtivos o por enfermedades producidas por sustancias tóxicas y residuos. Al mismo tiempo, si dejaran de criarse esas especies amenazadas en los zoológicos, cuando en el futuro se hayan eliminado sus amenazas, no existirán individuos para reintroducir y la especie podría desaparecer para siempre.
Para AIZA también es preocupante que la ordenanza no haga referencia alguna a los programas europeos de conservación ex situ (EEP) gestionados por la Asociación Europea de Zoos y acuarios (EAZA) y reconocidos por la UICN (unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), y que establecen los criterios de las especies que deben reproducirse en los zoológicos. Estos programas se diseñan desde una perspectiva integral de la conservación ex situ e in situ, y reúnen a algunos de los mayores expertos mundiales en conservación.
Ante este escenario AIZA considera que habrá que analizar, ahora, la aplicación de la ordenanza y especialmente la ejecución del Plan Estratégico planteado por el propio zoológico de Barcelona. Solamente llevando a cabo dicho plan se evitará desmantelar al zoológico de sus animales más relevantes para la conservación de la biodiversidad, y así el Zoo de Barcelona podrá continuar siendo una efectiva herramienta para proteger las especies amenazadas en el contexto de la Sexta Extinción.